lunes, 21 de octubre de 2013

Rentrée. Escuchar a la vida.


Hola seguidores/as!!! He estado ausente durante tanto tiempo debido a .... mi vida. Han sido unos meses realmente malos desde que escribí en la última entrada en Abril hasta ahora. Aunque sigue siendo mal tiempo para mí ...pero el estar desocupada, ver la cruda realidad y echar de menos mi blog me han vuelto los ánimos para poder abrirlo y seguir escribiendo. Sin mirar atrás solo veo rumbo hacia adelante escribir todas las semanas o casi todos los días, sorprenderos con looks, enseñaros mis rituales y sobre todo compartir reflexiones de la vida.
En esta rentrée cada entrada que haga tendrá una pequeña reflexión o pensamiento e incluso relatos.

Leerme, porque he vuelto!



EL BAMBÚ JAPONÉS
No es necesario ser agricultor para saber que, una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es sabido que quien cultiva la tierra, no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: crece de una vez…
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apropiado para personas impacientes:
Se siembra la semilla, se la abona, y se la riega constantemente. Durante los primeros meses, aparentemente no sucede nada. Durante los primeros siete años, en realidad no ocurre nada, de tal manera, que un cultivador inexperto, estaría convencido de que las semillas que ha comprado son semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en sólo seis semanas, la planta de bambú crece más de treinta metros. En realidad, se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, el bambú genera un complejo sistema de raíces, que le permitirán sostener el crecimiento que va a tener después de siete años.
Esto nos da una lección de paciencia y perseverancia, de espera y aceptación.
Muchas veces queremos encontrar resultados rápidos y a veces abandonamos justo cuando estábamos a punto de “conquistar la meta”. Nos olvidamos que conviene ser perseverantes, y esperar el momento adecuado.
Es necesario comprender, que a veces estamos atrapados en situaciones o etapas en nuestra vida en que pareciese que no sucede nada, y nos decaemos….Justo en esos momentos, podemos recordar el ciclo de crecimiento del bambú japonés, y no rendirnos al no ver los resultados que esperamos, en esos momentos, algo está creciendo y madurando en nuestro interior, esperando el momento oportuno para materializarse. Si todavía no consigues lo que anhelas, no te desesperes, ten paciencia, todo tiene su razón de ser, quizá estés echando raíces.
***